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Desde hace muy poco tiempo la sociedad chilena clásicamente homofóbica, se está abriendo a considerar la homosexualidad como una característica humana que se quiera o no, existe y es parte de la sociedad en que vivimos. Tímidamente algunos de sus miembros han comenzado a aparecer en medios de comunicación masivos, reconociendo su condición y mostrándose además como personas valiosas, inteligentes y dignas de respeto.

Sin embargo, aún la palabra homosexual despierta rechazo y temor, se identifica a sus miembros como personas enfermas, degeneradas, promiscuas, y que presentan esta condición en forma voluntaria, por lo tanto podrían cambiar, si así lo decidieran. Este fuerte castigo social, ha contribuido a que muchos de ellos no asuman públicamente su condición, se mantengan solteros, ocultando su preferencia sexual o deban llevar una doble vida, casándose, teniendo hijos y paralelamente, vivenciando su sexualidad con personas de su mismo sexo.

Sabemos que la homosexualidad, tanto la femenina como la masculina, es una práctica conocida desde la antigüedad. La denominación no deriva del prefijo latín homo que significa hombre, sino del vocablo griego homoios, que define lo que es igual o semejante, homólogo. Desde lo etimológico, homosexual sería quien tiene afinidad sexual por personas de su mismo sexo. A las mujeres homosexuales también se las denomina lesbianas, en honor a la isla de Lesbos donde residía la poetisa Safo, célebre por la belleza de sus cantos al amor y al amor homosexual en particular.

Una de las prácticas más brutales contra los homosexuales, se vivió entre los grupos que fueron exterminados en el Holocausto nazi. Muchos fueron enviados a menudo a morir en los campos de concentración, se les seleccionó para acoso, tormento, tortura y asesinato especial y debían llevar como identificación un triángulo rosa invertido, que posteriormente se ha convertido en un símbolo de la identidad gay.

En los tiempos modernos, muchos países occidentales han legalizado o al menos descriminalizado la homosexualidad, siguiendo recomendaciones del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa.Varios países europeos (los Países Bajos, Alemania, etc.) han cambiado sus leyes, para que las parejas homosexuales tengan el derecho de casarse o de gozar de una protección equivalente. Varios estados permiten a los homosexuales adoptar hijos.

En España, la homosexualidad fue ilegal durante el régimen de Francisco Franco (1892-1975), y se legalizó después del regreso a la democracia. El gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero (Partido Socialista Obrero Español -PSOE), aprobó el 30 de junio de 2005, una ley que reforma el código civil y que permitirá la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, así como la adopción por parte de estos matrimonios.

La homosexualidad no es ningún trastorno mental y así lo afirma la comunidad científica internacional. De hecho, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) retiró en 1973 la homosexualidad de su Manual de Diagnóstico y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerarla una enfermedad en 1990.

Algunos movimientos religiosos en Estados Unidos, predican que pueden cambiar la orientación homosexual por medio de una «terapia reparativa». Esto ha sido denunciado por organizaciones estadounidenses de profesionales de medicina física y mental, como ineficaz, innecesario y potencialmente peligroso.

Es bastante común, especialmente en algunos ambientes, que los niños adquieran cierto conocimiento de la vida y estimulación sexual a través de juegos exploratorios entre niños/as del mismo sexo. De algunos estudios (Kinsey, 1974) se deduce que prácticamente la mayoría de las personas ha vivido algunas experiencias de tipo homosexual, sobre todo durante la niñez y adolescencia. A muchos adolescentes experimentar con personas del mismo sexo, o solamente tener pensamientos o fantasías, puede causarles preocupación y ansiedad con respecto a su orientación sexual.

Tampoco significa que alguien sea homosexual por el solo hecho de no disfrutar o no funcionar bien en las primeras experiencias heterosexuales, pues ello se debe en la mayor parte de los casos a la simple ansiedad, preocupación, y temores como miedo al embarazo, con que suelen venir acompañadas estas experiencias.

La homosexualidad es la atracción sexual, emocional y afectiva persistente, hacia alguien del mismo sexo. Es una parte de la gama de expresión sexual. Durante la niñez y la adolescencia, por primera vez muchos individuos homosexuales se percatan de su homosexualidad o lesbianismo y pasan por la experiencia de tener pensamientos y sentimientos homosexuales. Los adolescentes homosexuales pueden aislarse socialmente, separarse de las amistades, tener problemas de concentración y desarrollar una pobre autoestima, llegando a veces a desarrollar una depresión. Los padres y otras personas necesitan estar alerta a estas señales de angustia, ya que estudios recientes demuestran que entre los jóvenes homosexuales y lesbianas, existe un alto incidente de muertes por suicidio.

Dado que en el ser humano hay enorme cantidad de factores culturales, educativos, psicológicos, afectivos, que influyen poderosamente en la conducta sexual, hay que estudiar cada caso, para poder aproximarse a saber qué es lo que más ha influido en una u otra personalidad para que se haya desarrollado la inclinación homosexual. El origen o causa de la homosexualidad no es el mismo en todos los individuos; dependerá de la biografía de cada persona.

La conclusión ahora, a la que han llegado muchos especialistas en el tema, es que «la homosexualidad es una condición que en sí misma, que solamente tiene efectos menores sobre el desarrollo de la personalidad. Pero las actitudes de las demás personas hacia esta condición, crean una situación de tensión que puede tener un efecto profundo en el desarrollo de la personalidad, en la salud integral y puede conducir a un deterioro del carácter de un género, al que se le impide la integración efectiva en la comunidad». Los que han aprendido a controlar las presiones sociales, se han adaptado a su condición e integrado de forma adecuada a la sociedad, sin embargo, la mayoría prefieren guardar el anonimato de su sexualidad, para no crear situaciones o dar motivos para ser rechazados. Esto es lo que influye determinantemente en su salud, ya que al tener sentimientos constantes de culpa, una baja autoestima y una sensación de anormalidad, su salud mental y social se afecta de forma determinante.

Estamos en el tercer milenio y la discriminación contra los homosexuales es un atentado a los derechos humanos, existen homosexuales en todos los países, culturas, religiones, condiciones sociales, culturales y económicas. A través de la Historia destacados científicos, escritores y artistas han sido homosexuales; la condición hetero, homo o bisexual no determina el valor de una persona, sino es tan sólo un aspecto. Es tarea de todos construir una sociedad cada vez más justa, solidaria y tolerante a la diversidad, donde todos seamos valorados y respetados, independientemente de nuestra orientación sexual.


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