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EDUCACION SEXUAL – CHILE
Esther Morales – Psicóloga Clínica y Educacional
Las necesidades de los tiempos y los acelerados cambios que está viviendo nuestra sociedad en materia sexual y reproductiva, están movilizando esfuerzos por investigar y conocer la realidad de una serie de temas, que fueron expuestos y analizados recientemente por un grupo de expertos provenientes de varios países, en dos Congresos Latinoamericanos de Sexualidad, realizados en Santiago de Chile y también en Buenos Aires – Argentina.
En Chile, la Empresa Adimark por encargo del Ministerio de Educación, aplicó una Encuesta sobre Sexualidad Juvenil en 110 establecimientos municipales, particulares subvencionados y particulares pagados, de ocho regiones del país, a casi 5 mil estudiantes de 7º básico a 4º medio; 500 profesores, orientadores y directores, además de 700 padres y apoderados. Esta encuesta mostró una abierta disonancia entre los temas que a los jóvenes les gustaría conocer y los que efectivamente les enseñan en los colegios. Los adolescentes mencionaron en forma predominante cinco temas que realmente les interesaría aprender y éstos son: el VIH-Sida, situaciones de riesgo y sexualidad, embarazo adolescente, atractivo sexual, impulso sexual y prevención de embarazo. Tanto los alumnos como los padres y profesores, creen que la educación sexual es una tarea de la familia que debe ser apoyada por el Colegio.
Si bien a nivel mundial las iniciativas, estudios científicos, programas de educación sexual, se están centrando en la edad juvenil, por ser ésta la etapa de inicio de la vida sexual y en la cual se constatan hechos dramáticos como son los embarazos adolescentes, el aumento del contagio de enfermedades infecciosas de trasmisión sexual ETS, los abortos de alto riesgo y el temido VIH- Sida, etc, puedo decir que la educación sexual es un derecho y una necesidad que tienen las personas de todas las edades. Los distintos grupos etáreos tienen necesidades específicas, la sexualidad humana se manifiesta de diferente forma en cada edad, no es lo mismo la sexualidad de un niño, un adolescente, un adulto y una persona de tercera edad. Cuando pensamos en educación siempre nos imaginamos algo formal e institucional que tienes planes y programas, evaluaciones y resultados, sin embargo en el transcurrir de nuestra vida estamos recibiendo información y por diferentes vías no formales, como son la familia, los amigos, los medios de comunicación masivos como diarios, revistas, radio, televisión, y actualmente la computación y el acceso a la red internet, que son potentes medios de información y transmisión de pautas culturales y valóricas.
Mientras en nuestro país estamos entrampados en la discusión de si la educación sexual debe incluir aspectos afectivos o contribuir a prevenir embarazos en nuestros jóvenes, miles de ellos, al igual que una gran cantidad de niños de corta edad, están libremente expuestos a teleseries, películas, programas y sitios web de alto contenido erótico, que entregan un conocimiento deformado y denigrante acerca de la sexualidad humana, donde se utiliza al otro como un medio de obtener placer, restando valor a la conexión emocional y afectiva.
Me causa una especial preocupación además, el hecho de que muchos padres y profesores no están capacitados para entregar educación sexual a los hijos y alumnos, porque ellos mismos nunca la tuvieron y porque sienten que el tema les sobrepasa y por lo tanto en la realidad, no se están haciendo cargo de esta responsabilidad social como debieran.
El sentido de transversalidad de la educación sexual en los colegios, que significa que este importante tema debe permear todas las asignaturas, no está operando, (según el propio Presidente del Colegio de Profesores), porque cada profesor se preocupa de pasar su materia y puede no tener interés ni preparación, para tratar el tema con sus alumnos.
La educación sexual y afectiva es un derecho de todo ser humano y es también un deber ineludible para la familia, el colegio y la sociedad en su conjunto. Los medios de comunicación masivos, preferentemente la radio y la televisión, por el tremendo potencial comunicacional que poseen, deben comenzar a abordar esta responsabilidad de educar a la población. Estamos saturados de programas informativos y de entretención y el pariente pobre, sigue siendo el más importante y fundamental, como es la educación de las personas. Mujeres y hombres de todas las edades, sin importar su nivel educacional, cultural y económico deben tener la oportunidad de recibir información y educación sexual, que involucre aspectos fisiológicos, psicológicos, éticos, morales, sociales, culturales, que les permita desarrollar esta importante dimensión, tan humana y natural. Nuestra sociedad, que otorga tanta importancia a los indicadores económicos, a los éxitos académicos y laborales, debe comenzar a reconocer la trascendencia y el valor que implica la sexualidad, en las relaciones humanas y en la calidad de vida de las personas.