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EMBARAZO ADOLESCENTE
Esther Morales L – Psicóloga Clínica
Desde hace ya algunos años, ha disminuido la edad en que los jóvenes se inician sexualmente y ha aumentado en forma preocupante el embarazo no deseado ni planificado de las adolescentes, con graves consecuencias personales, familiares y sociales.
Las causas más importantes de un embarazo adolescente son:
Falta de información, orientación y educación sexual adecuada, carencia de control de los impulsos sexuales y presión grupal para tener relaciones sexuales a veces en forma frecuente, como una forma de demostrar que uno es más hombre o más mujer, sentirse invulnerables porque «eso les ocurre a otros y a mí no», no usar métodos anticonceptivos en forma adecuada, querer validarse frente características de soledad, inseguridad, baja autoestima o problemas familiares, ignorancia en temas de fertilidad, sentirse fuertemente enamorado y tener sexo sin protección, querer tener nuevas experiencias, sobreerotización provocada por los medios de comunicación, en especial la televisión, estar bajo el influjo de alcohol o drogas, lo cual produce una liberación del freno social, falta de afecto y comunicación con los padres, sentir temor a su reprobación, por lo cual los jóvenes les ocultan que son sexualmente activos, no tener acceso a orientación y controles médicos, etc.
Una encuesta realizada recientemente por la Universidad de Talca en jóvenes santiaguinos de 12 a 20 años, reveló que el 76% de ellos afirma que sus padres no saben que ya son sexualmente activos, un 50% tiene relaciones en su propia casa, un 25% en autos, un 19% en fiestas. Un 50% manifiesta tener dudas o temores en relación a quedar o dejar embarazada. Además un 35% opta por el sexo casual y un 48% lo hace con una pareja estable. Los expertos concuerdan en que existen muchos mitos y desinformación , mientras tanto se descubrió que «para muchos padres hablar de sexo con sus hijos, implica darles permiso para tener actividad sexual».
Las consecuencias físicas y psicológicas de un embarazo precoz son todas graves, haciendo notar que muchos de estos embarazos terminan en abortos, poniendo en peligro la vida de una joven, que recién empieza a vivir.
La certeza de un embarazo, provoca serios trastornos psicológicos como ansiedad, desesperación, una sensación de no tener salida, fuertes sentimientos de culpa por haber fallado a los padres, conflictos familiares, a lo cual se une muchas veces el abandono de la pareja o no querer asumir su paternidad y problemas que pueden derivar en deserción escolar. Además el futuro de una joven embarazada se ve seriamente comprometido en cuanto a sus oportunidades tanto de estudio como laborales, ocasionando una frustración de su proyecto de vida. Como si esto fuera poco, las adolescentes presentan una mayor frecuencia de partos prematuros y de bajo peso.
La mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años, triplica la existente entre madres de 20 a 29 años. También es mucho más alto el índice de lesiones cerebrales en el niño, como consecuencia del traumatismo sufrido durante el parto o de haber nacido en condiciones de prematuridad. El embarazo adolescente es un problema de salud pública y como tal debe ser abordado por toda una sociedad, prevenir es la clave, una buena educación sexual a nivel escolar y un adecuado nivel de comunicación y confianza con los padres, aumenta los índices de abstinencia y genera comportamientos sexuales responsables, en nuestros jóvenes.