- Views 0
LA SEXUALIDAD FEMENINA
Esther Morales – Psicóloga Clínica
A diferencia del hombre cuya sexualidad es genitalizada, la sexualidad femenina es compleja e integra en un todo, lo físico, corporal, emocional y afectivo. Cuando una mujer comparte su cuerpo con un hombre, generalmente lo hace por que está ligada afectivamente con él y no solamente por obtener placer físico.
En la sexualidad femenina se conjugan aspectos biológicos, entre los cuales se incluye la respuesta genital, la ciclicidad hormonal y la procreación., con factores psicológicos sean estos anímicos, emocionales, afectivos, a los cuales se suma el tema socio-cultural, que son las ideas y actitudes regidas por valores éticos, morales y que moldeadas por nuestra familia, regulan nuestra conducta sexual.
La mujer es altamente dependiente de sus ciclos hormonales que le provocan alteraciones en el ánimo y la vivencia de ser muy cambiante e impredecible, incluso para ella misma. Dramáticos cambios se provocan en el cuerpo y la psiquis de una mujer durante sus ciclos menstruales, cuando está embarazada, amamantando, en el climaterio y la menopausia, con el cese de la función reproductiva.
En cuanto a la vivencia de la relación sexual coital, la mujer se estimula poco visualmente (a diferencia del hombre) y sí lo hace predominantemente en forma auditiva y kinestésica.; ella se excita muy lentamente y en un marco de cariño, delicadeza, caricias y palabras cariñosas. Si bien existen zonas erógenas cuya estimulación provoca altas dosis de placer, el apuro, la exigencia masculina de una penetración rápida sin preparación previa, provoca insatisfacción, frigidez, anorgasmia y hace que ella evite el contacto sexual, con excusas tan comúnmente empleadas, como tener jaqueca o cansancio, por ej.
El estilo de vida moderno acelerado y competitivo, dietas poco sanas, exceso de roles, alta autoexigencia, situaciones de stress, depresiones, adicciones, son los mayores enemigos de una sexualidad femenina sana y gratificante. Una relación de pareja caracterizada por monotonía, rutina, y más grave aún por descalificaciones, maltrato físico y psicológico, evidencia factores que obviamente van a repercutir en la esfera sexual de manera desfavorable. Es sabido que una pareja que está viviendo una relación muy deteriorada, generalmente suspende su actividad sexual.
A pesar de los logros femeninos en la esfera sexual, aún persisten formas denigrantes de utilización de la mujer, tales como la prostitución y pornografía. De acuerdo al Parlamento Europeo, la industria del sexo, es un negocio que mueve seis mil millones de dólares al año. La pornografía ocupa el tercer lugar en ganancias, después de la industria de armamento y el narcotráfico. Además en nuestro mundo aún existen formas brutales de dominio, como la violación de las mujeres de los vencidos, al término de en una guerra.
En el futuro nuestra mayor evolución como especie humana, se verá reflejada en el respeto a la dignidad del género femenino y a la evitación de toda forma de misoginia, violencia, utilización, abuso hacia la mujer y donde no predomine una existencia limitado a ser un «objeto de placer» y no como lo que debiera ser : un ser humano digno de nuestra mayor valoración, ya que todos fuimos gestados en el vientre de una mujer.